LA CULTURA TARASCA ( PURÉPECHA)
La zona de Michoacán está habitada por los descendientes de uno de los pueblos que ocupaban nuestro territorio antes de la llegada de los conquistadores españoles. Se trata de la cultura Tarasca, hoy conocida como Purépecha . Aunque un poco influido por las costumbres de la vida moderna, los aproximadamente cincuenta mil tarascos establecidos en tierras michohacanas, de los cuales, la cuarta parte no habla español, siguen dedicándose, en gran medida, a las mismas actividades que eran propias de sus antepasados, las cuales son: La agricultura, La caza, La pesca y La alfarería (Arte y técnica de fabricar objetos de barro cocido).
La cultura actual Tarasca (Purépecha) está dividida en tres zonas: La sierra o Angahuan, La cañada o Uren y los lagos o Janítzi. En la meseta Tarasca la actividad principal de sus habitantes es la agricultura; en la Cañada los pobladores viven de la fabricación de diversos objetos de madera; y en los lagos se vive de la pesca.
Lamentablemente, como sucede en muchísimas regiones del mundo, el medio ambiente de Michoacán está muy deteriorado. Por esa causa, diversas instituciones gubernamentales y privadas hacen esfuerzos para rescatar la flora y la fauna de la zona, sobre toda la del lago de Pátzcuaro, cuyas aguas han bajado varios centímetros del nivel y esta poniendo en peligro de extinción de numerosas especies, como el delicioso pescado blanco y el pato llamado en lenguas Purépechas tzinpaquis, que los tarascos cazan con lanza, para hacer tamales con su carne y ofrendar la a los muertos junto con flores de cempatzuchitl.
Michoacán o Mechuacan significa lugar de pescadores, y Tzintzuntzan, por su parte, puede traducirse como lugar de los colibríes, y era una de las principales ciudades tarascas ubicada a las orillas del lago de Pátzcuaro. Bajo el reinado de Tariácuri, Tzitzuntzan alcanzó su máximo esplendor. El rey más importante de la ciudad de Pátzcuaro fue higuangaje, hijo de Tariácuri, y allí hicieron un templo llamado Querétaro, que significa juego de pelota, y el señor más destacados de la ciudad de Ihuatzio fue Hiripán, que estableció su gobierno en cuyacán. Posteriormente todos estos reinos independientes se unieron bajo el dominio del sobrino nieto de Tariácuri, llamado Tzitzi-Phandácure.
En el año de 1478, durante el reinado de Tzitzi-Phandácure, los aztecas, en su afán de conquistar atacaron a los tarascos en Tlaximaloyan. Los tarascos se aliaron con los matlatzincas del valle de Toluca, quienes odiaban a los aztecas por su crueldad, y juntos formaron un poderoso ejército de más de cuarenta mil hombres armados de hondas, arcos y flechas, mañanas con cuchillos de obsidiana y porras claveteadas de bronce, mientras que el ejército enemigo, que además de aztecas, se componía de acolhuas, tapanecas, otomíes, chalcas y xochimilcas, que solo contaban con veinticuatro mil guerreros.
Gracias a esta gran victoria, el imperio tarasca extendió sus dominios por Querétaro, Guanajuato y llegó hasta Colima, pero estos valientes guerreros perdieron todo su prestigio cuando el hijo de Tzintzi-Phandácure, llamado Tanganxoan-TzinTzicha y apodado Caltzóntzin que significa sandalia rota, se presentó ante Hernán Cortés y, según la usanza tarasca, le rindió sumisión vestido en harapos.
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